El acuerdo de la COP28
5 Claves para entender el histórico acuerdo de la reciente Cumbre Anual sobre el Clima (COP28)
1.- El principio del fin de los combustibles fósiles
El punto más importante del acuerdo de Dubái es el mensaje sobre los combustibles fósiles. El texto aprobado en la COP28 reclama explícitamente una «transición» acelerada y justa para dejar atrás los combustibles fósiles, la necesidad de ”acelerar las acciones en esta década crítica” y, finalmente, la promesa de alcanzar el cero neto de cara a 2050. Todo ello, respetando el mandato de la ciencia y teniendo en cuenta que cada país debe adaptar este mensaje a sus circunstancias. El texto solo menciona de forma explícita el caso del carbón. Y ahí pide «acelerar los esfuerzos para reducir el uso» de esas fuentes que no cuenten con tecnología de captura de carbono.
2.- Drástica reducción de las emisiones
El texto recoge casi al pie de la letra la hoja de ruta planteada por el último informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) para esquivar un calentamiento extremo del planeta. Siguiendo su estela, el acuerdo de Dubái corrobora la necesidad de reducir las emisiones un 43% para 2030, un 60% para 2035 y llegar a un cero neto para el horizonte de 2050. El pacto lanza un llamamiento explícito para acelerar la reducción las emisiones derivadas del tráfico rodado y a cortar drásticamente las emisiones de metano. Y también reclama reclama a los países que presenten sus nuevos planes de reducción de emisiones a no más tardar en 2024.
3.- Triplicar las energías renovables para 2030
El acuerdo también incluye un llamamiento para triplicar la implantación global de energías renovables y multiplicar por dos la eficiencia energética para 2030. En este sentido, se reclama “acelerar” el desarrollo e implantación de tecnologías de cero emisiones como, por ejemplo, los diferentes tipos de energías renovables, las plantas nucleares, la producción de hidrógeno bajo en emisiones y las técnicas de captura y almacenamiento de carbono. En este caso, pues, el texto consigue plantear el «menú diferenciado» que reclamaban diferentes países.
4.- Más compromisos económicos
El acuerdo incluye varias menciones a los diferentes compromisos económicos pactados entre los países para, por un lado, frenar el avance de la crisis climática y, por el otro, hacer frente a sus consecuencias. Consolida avances en el llamado ‘Fondo Verde por el Clima’ que, tras las negociaciones de las últimas semanas, sale de Dubái con más de 12.800 millones de dólares prometidos. El pacto también recoge el compromiso de los países desarrollados para financiar el recién creado Fondo de Pérdidas y Daños para ayudar a los países más vulnerables al caos climático.
5.- Una hoja de ruta global
Los acuerdos de Dubái no supondrán un cambio inmediato ni en nuestro día a día ni en la legislación estatal. Su objetivo es más bien pactar una hoja de ruta global que, a partir de ahora, cada región deberá adaptar a sus circunstancias. Tanto el conjunto de la Unión Europea como España en particular, por ejemplo, tienen ahora por delante el reto de trasladar todos estos acuerdos a sus normativas internas. El pacto de Dubái establece la necesidad de dejar atrás los combustibles fósiles, reducir las emisiones y triplicar las renovables, pero está en mano de cada región, país y ciudad pactar las medidas concretas para lograr estos ambiciosos objetivos.